Por Kate Yandell
Compendio SciCheck
Las vacunas de ARNm contra el COVID-19, como muchas otras vacunas, pueden contener pequeñas cantidades de ADN procedentes del proceso de fabricación. No hay pruebas de que este ADN residual cause “turbo cáncer” o un cáncer muy agresivo. La compañía Moderna tampoco ha admitido que las “vacunas de ARNm causen turbo cáncer”, contrariamente a lo que afirma un artículo en línea que interpreta erróneamente una frase en una solicitud de patente.
Historia completa
Las vacunas pueden contener cantidades residuales de materiales de su proceso de fabricación. Uno de estos materiales es ADN, que puede permanecer tanto en las vacunas de ARNm como en una variedad de vacunas más antiguas. Este ADN está previsto y se considera que es seguro, y existen pasos de purificación y control de calidad destinados a garantizar que su presencia esté dentro de los límites reglamentarios.
Hemos escrito sobre afirmaciones infundadas de que el ADN residual en las vacunas de ARNm contra el COVID-19 se considera una “adulteración”o que se integra en el ADN de las personas y causa cáncer. Tanto representantes de agencias reguladoras como varios expertos académicos nos dijeron que no hay razón para creer que estas pequeñas cantidades de ADN residual en las vacunas de ARNm se integren en el ADN celular de una persona y causen cáncer. Y expertos legales nos dijeron que no se consideraría que el ADN residual esté adulterado.
(Para más información sobre el ADN residual en las vacunas de ARNm, lea nuestro artículo “No se ha demostrado que las vacunas contra el COVID-19 alteren el ADN ni provoquen cáncer”).
En una nueva versión de estas afirmaciones, publicaciones recientes en las redes sociales comparten un titular que afirma falsamente que “Moderna admite que las inyecciones de ARNm causan turbo-cáncer” y hacen referencia al ADN residual encontrado en los viales de las vacunas. El titular procede de un artículo publicado por People’s Voice, un sitio web con un historial de difusión de desinformación y de publicar titulares falsos.
Como también hemos escrito anteriormente, no hay razón para creer que las vacunas de ARNm causen un cáncer muy agresivo o “turbo cáncer”.
La nueva afirmación falsa, según la cual Moderna ha admitido que las vacunas de ARNm causan turbo cáncer, está basada en las declaraciones engañosas realizadas por el Dr. Robert Malone, que ha difundido desinformación sobre el COVID-19 en el pasado. Malone hizo sus declaraciones durante un evento celebrado y retransmitido en directo por la diputada Marjorie Taylor Greene el 13 de noviembre.
Malone citó una sección breve de una solicitud de patente de Moderna publicada en 2019. La solicitud de la patente está relacionada con las vacunas de ARN, pero los comentarios que destacó Malone se referían a las vacunas de ADN, que siguen siendo experimentales en EE. UU.
En su descripción de las vacunas de ADN, la solicitud de patente de Moderna menciona algunas preocupaciones teóricas relacionadas con el cáncer como ejemplo de una desventaja de la tecnología: “Sin embargo, esta técnica conlleva problemas potenciales, como la posibilidad de mutagénesis insercional, que podría provocar la activación de oncogenes o la inhibición de genes supresores de tumores”.
La mutagénesis por inserción es un fenómeno en el que un ADN ajeno se integra en un genoma, produciendo cambios. La preocupación que la solicitud de patente menciona es que el ADN pueda integrarse precisamente en el lugar equivocado del ADN de una célula y activar un gen que podría contribuir a desarrollar cáncer, o desactivar un gen que ayuda a proteger a las células de volverse cancerosas.
“La FDA dice que no tiene conocimiento de que exista alguna preocupación, pero Moderna en su propia patente expone exactamente los mismos temores que existen sobre el ADN y la mutagénesis por inserción y la genotoxicidad”, dijo Malone, refiriéndose a la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés).
Pero las preocupaciones mencionadas en la solicitud de patente se referían a las vacunas que utilizan ADN como ingrediente principal, no al ADN residual que queda en otros tipos de vacunas. Las vacunas de ADN se basan en la introducción de ADN en el núcleo de una célula, donde se transcribe en ARNm, que se utiliza para fabricar proteínas. Las vacunas de ARN mensajero, o ARNm, funcionan introduciendo ARNm en el interior de una célula, donde sirve como manual de instrucciones para fabricar proteínas.
En cuanto al ADN residual, los científicos de la FDA han escrito que consideran que la principal inquietud relacionada con el cáncer es la introducción de ADN que codifique un gen cancerígeno activado. No hay ADN residual que codifique genes cancerígenos en las vacunas de ARNm contra el COVID-19.
La solicitud de patente también deja claro que incluso en el caso de las vacunas de ADN, la preocupación es teórica. Lo que la frase citada en la solicitud de patente no aclara es que no se ha demostrado que esta preocupación “potencial” sea un problema de seguridad real, ni siquiera en las vacunas de ADN.
En un estudio de revisión de las vacunas de ARNm en 2020, los científicos de la FDA reconocieron las preocupaciones teóricas sobre la mutagénesis por inserción de las vacunas de ADN, aunque dejaron claro que no consideraban que este riesgo haya sido confirmado.
Al enumerar las ventajas de las vacunas de ARNm frente a las de ADN, se refirieron a la ausencia del riesgo “percibido” de que el ADN se integre en el ADN propio de la persona. Luego explican que con las vacunas de ADN esto era motivo de preocupación en el pasado, pero que los experimentos han demostrado que la tasa de integración es baja, “disminuyendo así la preocupación de que se integre”.
De hecho, en una respuesta que nos enviaron para nuestro artículo anterior sobre el ADN residual en las vacunas de ARNm contra el COVID-19, un portavoz de la FDA hizo referencia a la preocupación que existía en el pasado sobre la integración del ADN y el cáncer, al tiempo que expresaba su confianza en las vacunas de ARNm.
El correo electrónico de la FDA decía que “con respecto a las vacunas de ARNm, aunque anteriormente se han planteado preocupaciones en forma de consideraciones teóricas, las pruebas científicas disponibles apoyan la conclusión de que cantidades ínfimas de ADN residual no provocan cáncer ni cambios en el código genético de una persona”.
Traducido por Elena de la Cruz.
Nota del editor: Los artículos de SciCheck que brindan información certera y que corrigen información errónea sobre temas de salud se publican gracias a una beca de la Robert Wood Johnson Foundation. La fundación no tiene control alguno sobre las decisiones editoriales de FactCheck.org, y los puntos de vista expresados en nuestros artículos no reflejan necesariamente el punto de vista de la fundación.