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Los problemas de salud que se notifican en el Sistema de Notificación de Reacciones Adversas a las Vacunas después de la vacunación no son necesariamente causados por una vacuna. Sin embargo, publicaciones en las redes sociales distorsionan comentarios de un funcionario de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades sobre dichas notificaciones para decir falsamente que admitió que las vacunas causan “enfermedades debilitantes”. 


Historia completa

El Sistema de Notificación de Reacciones Adversas a las Vacunas es un sistema de alerta temprana administrado por los CDC y la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) para detectar posibles problemas de seguridad en las vacunas. El sistema acepta todas las notificaciones de problemas de salud que ocurren después de una vacunación, denominados eventos adversos, independientemente de la plausibilidad de que hayan sido causados por una vacuna. Los eventos notificados en VAERS pueden haber sido causados por una condición médica preexistente, por ejemplo, y coincidir con la vacunación. Hemos escrito sobre varias afirmaciones que tergiversan o usan información de VAERS incorrectamente. 

“Por ser un sistema de alerta temprana, VAERS no puede probar que una vacuna haya causado un determinado problema. Puntualmente, una notificación a VAERS no significa que una vacuna haya causado un evento adverso”, explican los CDC (énfasis de los CDC). “Pero VAERS puede brindar información importante a los CDC y la FDA. Si parece que una vacuna podría estar causando un problema, la FDA y los CDC investigarán más y tomarán medidas si es necesario”. 

Las vacunas contra el COVID-19 son notablemente efectivas y seguras, pero pueden provocar efectos secundarios leves y temporales, tales como dolor en el lugar de la inyección, dolor muscular y fiebre. Desde que la vacunas están disponibles, hace más de dos años, los estudios de seguimiento de seguridad han identificado cuatro eventos adversos graves asociados con la vacunación. Las vacunas de ARNm contra el COVID-19 de Pfizer/BioNTech y Moderna, han sido asociadas con anafilaxia, una reacción alérgica grave que también puede ocurrir después de otras vacunas, y casos muy poco frecuentes de inflamación del corazón, principalmente en varones jóvenes, tras una segunda dosis. Otras dos afecciones muy poco frecuentes están asociadas con la vacuna de Johnson & Johnson, que representa solo un pequeño porcentaje de las vacunas administradas en EE. UU. 

Sin embargo, publicaciones en las redes sociales afirman falsamente que durante una reunión del Comité Asesor de Vacunas y Productos Biológicos Relacionados de la FDA (VRBPAC, por sus siglas en inglés), el director de seguridad de vacunas de los CDC, el doctor Tom Shimabukuro, admitió que las vacunas contra el COVID-19 causan “enfermedades debilitantes”. 

“ÚLTIMO MINUTO: Al terminar la reunión del VRBPAC hoy, el Dir. de los CDC Tom Shimabukuro admitió que las vacunas contra el COVID-19 causen ‘enfermedades debilitantes’ ‘Tenemos conocimiento de estos informes de personas que experimentan problemas de salud duraderos después de la vacunación contra el COVID’”, escribió un usuario en Twitter el 26 de enero, incluyendo un video de un minuto con las declaraciones de Shimabukuro. 

Publicaciones similares circulan en las distintas plataformas de las redes sociales en varios idiomas, incluyendo inglésitalianotailandésfrancéspolacoportugués y español. Algunos usan una versión un poco más larga de la declaración de Shimabukuro. 

Sin embargo, Shimabukuro estaba simplemente reconociendo que algunas personas han notificado en VAERS afecciones debilitantes después de la vacunación. No estaba diciendo que esas afecciones fueran causadas por la vacunación contra el COVID-19. 

En una declaración, Shimabukuro nos dijo: “Actualmente, no hay datos epidemiológicos de los sistemas de vigilancia de seguridad que sugieran que las vacunas contra el COVID-19 causen” problemas de salud de larga duración o debilitantes, más allá de las afecciones poco frecuentes que ya han sido identificadas

Exterior del “Tom Harkin Global Communications Center” de los CDC, situado en el Roybal Campus de la organización en Atlanta, Georgia. Fotografía: James Gathany, CDC.

Los comentarios que circulan en las redes sociales provienen de la más reciente reunión del comité asesor de vacunas de la FDA, VRBPAC, celebrada el 26 de enero. La reunión fue fijada para discutir futuros regímenes de vacunación e incluyó una actualización sobre la seguridad y efectividad de las vacunas contra el COVID-19. Durante las presentaciones de la mañana, expertos explicaron cómo utilizan uno de los otros sistemas de monitoreo de seguridad de las vacunas, el Vaccine Safety Datalink, para detectar posibles problemas de seguridad a través de lo que denominan un análisis de ciclo rápido, en el cual se evalúan semanalmente ciertos desenlaces clínicos específicos. 

Por la tarde, la doctora Hayley Gans, parte del VRBPAC, le preguntó a los panelistas sobre otras formas de detectar posibles problemas de seguridad. 

“Creo que articularon muy bien el uso actual de VSD y el ciclo rápido, y todo eso es muy alentador y realmente sólido”, dijo, según la transcripción de la reunión. “Supongo que la pregunta que me hago es cómo, en general, también estamos manejando otras potenciales formas en que estas vacunas están impactando a nuestra población. Obviamente hemos escuchado algunos informes y hay algunos datos por ahí. Entonces, ¿cómo estamos siguiendo, por ejemplo, potenciales problemas de autoinmunidad u otras de esas entidades que quizás no son susceptibles al ciclo rápido?”. 

Shimabukuro contestó la pregunta de la siguiente manera (la parte resaltada en las redes sociales está en negritas):

Shimabukuro, enero 26: Tiene razón en que, en nuestro análisis de ciclo rápido del Vaccine Safety Datalink, los desenlaces están preespecificados. En nuestro Sistema de Notificación de Reacciones Adversas a las Vacunas, o VAERS, no tenemos desenlaces preespecificados. Ese es un sistema de notificación espontáneo, y cualquiera puede realizar un informe. Un paciente, un padre, un proveedor de atención médica, y aceptamos todos esos informes sin juzgar la gravedad clínica o qué tan plausible sea el evento adverso con respecto a la causalidad. Entonces, tenemos otros sistemas para monitorear desenlaces más allá de los desenlaces del análisis de ciclo rápido que presentamos hoy. En los CDC, también tenemos un grupo llamado Clinical Immunization Safey Assessment Project, que realiza consultas detalladas de casos clínicos a petición de los proveedores de atención médica. Así que tomamos la seguridad de las vacunas muy seriamente. 

Con respecto a los informes de personas que experimentan enfermedades debilitantes. Tenemos conocimiento de estos informes de personas que experimentan problemas de salud duraderos después de la vacunación contra el COVID. En algunos casos, la presentación clínica de las personas sufriendo este tipo de problemas es variable, y no se ha encontrado ninguna causa médica específica para sus síntomas. Entendemos que la enfermedad es perturbadora y estresante, especialmente en esas circunstancias, y reconocemos que esos problemas de salud han afectado sustancialmente la calidad de vida de las personas y también han afectado a quienes les rodean. Y esperamos una mejora en la recuperación. Y seguiremos vigilando la seguridad de estas vacunas y trabajando con socios para tratar de entender mejor estos tipos de eventos adversos. 

Como hemos dicho, hasta ahora, solo hay unos pocos y muy poco frecuentes eventos adversos asociados con la vacunación contra el COVID-19. Todo ellos fueron detectados y evaluados por los sistemas de vigilancia de la seguridad de las vacunas existentes. Esto ha permitido a las autoridades modificar las directrices de vacunación adecuadamente para proteger al público. 

La seguridad de las vacunas continúa siendo vigilada muy de cerca. Recientemente, las autoridades de salud informaron de un potencial problema de seguridad por accidentes cerebrovasculares en personas mayores de 65 años de edad tras una dosis de refuerzo bivalente de Pfizer/BioNTech. Pero como informamos, la señal de seguridad fue observada por solo uno de los sistemas de vigilancia y no se ha encontrado una relación causal con la vacunación. 

Vale la pena mencionar que algunas personas infectadas por el SARS-CoV-2, el virus que causa el COVID-19, pueden padecer afecciones persistentes al COVID-19, que puede incluir problemas de salud duraderos y debilitantes. Varios estudios han encontrado que la vacunación contra el COVID-19 puede reducir el riesgo de desarrollar COVID largo, especialmente después dos o más dosis. En ese sentido, es posible que las vacunas contra el COVID-19 protejan contra “enfermedades debilitantes”. 


Autor: Catalina Jaramillo

Traducido por Catalina Jaramillo.

Nota del editor: Los artículos de SciCheck que corrigen información errónea sobre temas de salud se publican gracias a una beca de la Robert Wood Johnson Foundation. La fundación no tiene control alguno sobre las decisiones editoriales de FactCheck.org, y los puntos de vista expresados en nuestros artículos no reflejan necesariamente el punto de vista de la fundación.