En 2020, el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID, por sus siglas en inglés) concedió 11 subvenciones a científicos para que pudieran investigar cómo y dónde emergen los agentes infecciosos de la fauna salvaje y causan enfermedades en los seres humanos.

Aunque las subvenciones fueron revisadas y puntuadas por grupos de científicos independientes antes de la divulgación pública de cualquier brote, el representante republicano Jim Jordan sugirió infundadamente que el exdirector del NIAID, el Dr. Anthony Fauci, otorgó a los científicos una de las subvenciones, por valor de 9 millones de dólares, para alterar la narrativa científica sobre cómo se inició la pandemia del COVID-19. Una llamada del 1 de febrero de 2020 en la que participaron Fauci y los científicos fue clave en este cambio de opinión, según Jordan.

SciCheck: Factchecking Science-Based Claims

En una audiencia del Subcomité Selecto de la Cámara de Representantes sobre la Pandemia del Coronavirus celebrada el 8 de marzo, Jordan afirmó que Fauci presionó a los virólogos Kristian Andersen, de Scripps Research, y Robert Garry, de la Universidad de Tulane, para que cambiaran de opinión y apoyaran la teoría de que el virus pasó de forma natural de los animales a los humanos, en lugar de originarse en un laboratorio. Esta afirmación de quid pro quo [cuando algo se da a cambio de otra cosa] se ha difundido ampliamente en las redes sociales.

No solo no hay pruebas de ello, sino que el momento en que se concedió la subvención no concuerda con tal afirmación. Además, los directores del NIAID no deciden unilateralmente quién obtiene financiación; grupos de científicos externos revisan las propuestas y otorgan puntuaciones que son los principales determinantes de la financiación.

A principios de 2020, Andersen y Garry sí cambiaron de opinión sobre el SARS-CoV-2, el virus causante del COVID-19. Pasaron de encontrar que el genoma del SARS-CoV-2 es “inconsistente con las expectativas de la teoría evolutiva”, como dijo Andersen en un correo electrónico, a ayudar a escribir un artículo en Nature Medicine afirmando que no es “una construcción de laboratorio o un virus manipulado intencionalmente”.

En una entrevista concedida a Fox News el 9 de marzo, Fauci declaró que “siempre ha mantenido la mente abierta” sobre los orígenes del COVID-19. Andersen, por su parte, ha explicado que su pensamiento cambió debido a factores tales como hablar con sus colegas y aprender más sobre los coronavirus, no debido a ninguna presión externa para adherirse a una narrativa particular.

Los orígenes del COVID-19 no se han determinado de forma concluyente, aunque la mayoría de los científicos piensan que el virus pasó de los animales a los humanos. Las pruebas epidemiológicas y genómicas apuntan a que el virus se propagó al menos dos veces en el mercado mayorista de mariscos de Huanan, en Wuhan (China), donde se vendían ilegalmente perros mapache y otras especies susceptibles al virus.

El 16 de marzo, informes noticiosos anunciaron que las muestras positivas para el coronavirus recogidas en el mercado contenían material genético de perros mapache y otros animales, lo que apoya, pero no prueba, aún más esta hipótesis.

Gran parte de la audiencia se dedicó a reafirmar argumentos del escape de laboratorio que muchos científicos ya han dicho que no se sostienen, incluida la idea de que las características específicas del SARS-CoV-2 sugieren que el virus fue manipulado en un laboratorio y que ya estaba preadaptado para la transmisión a los seres humanos.

Los científicos que han estudiado estas cuestiones dicen que nada en la secuencia viral indica que hubiera manipulación de laboratorio, como ya hemos escrito. Al tratarse de un virus pandémico, el SARS-CoV-2 es por definición especial, pero no es en modo alguno un virus que infecta exclusivamente a los seres humanos. Infecta a una amplia gama de animales y es un virus generalista, y de hecho ha evolucionado con el tiempo para mejorar su capacidad de transmisión entre los seres humanos, como lo atestigua la sopa de letras de sus variantes.

La idea de que la subvención de 9 millones de dólares fue una recompensa se remonta al menos al año 2021. En mayo de ese año, el biólogo de la Universidad de Rutgers Richard Ebright tuiteó sin pruebas que había un “CREID pro quo”, un juego de palabras con quid pro quo, implicado en la financiación de subvenciones para los Centros de Investigación en Enfermedades Infecciosas Emergentes (CREID, por sus siglas en inglés).

Fauci, Andersen y Garry rechazan categóricamente la afirmación de que la subvención fuera una recompensa por adherirse a una narrativa particular sobre la pandemia. También han explicado que las decisiones clave que condujeron a que se otorgara la subvención se tomaron antes de febrero de 2020.

“La subvención fue revisada por un grupo de expertos, sometida a un consejo independiente y aprobada incluso antes de que se celebrara la reunión”, dijo Fauci durante la entrevista en Fox News, refiriéndose a la reunión telefónica del 1 de febrero. “Así que suponer que iban a recibir una subvención de 9 millones de dólares por el hecho de que intentamos hacerles cambiar de opinión es más que ridículo”.

El mismo día de la entrevista de Fauci, Andersen también negó las acusaciones y tuiteó: “👇 tiene toda la razón. La idea de que había una ‘narrativa preferida’ es falsa. Lean los correos electrónicos. Y los documentos. En su totalidad. La idea de que hubo un ‘soborno’ para cambiar una narrativa es más que ridícula. La idea de que esto se trató de algo distinto de una investigación científica es absurda. Fin”.

Garry nos dijo en un correo electrónico del 13 de marzo: “Las afirmaciones que hacen personas como Richard Ebright son absurdas a primera vista. Ellos saben que no es así como funcionan las revisiones de las subvenciones de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, por sus siglas en inglés)”.

Los investigadores afirman que los cambios de pensamiento reflejan el proceso científico

Tres de las cuatro personas que testificaron en la audiencia de la Cámara son defensores de la teoría de que el COVID-19 provino de un laboratorio, y ninguno es un científico que haya publicado trabajos en los que se investiguen los orígenes del coronavirus. Uno de estos defensores del escape de laboratorio fue el Dr. Robert Redfield, exdirector de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).

Redfield dijo que se lo excluyó de una llamada del 1 de febrero de 2020 con Fauci, Andersen, Garry y otros, debido a sus puntos de vista sobre los orígenes del COVID-19. (Fauci ha argumentado que esta afirmación no tiene sentido, como explicaremos más adelante).

Redfield, un médico especialista en enfermedades infecciosas con un largo historial de investigación sobre el VIH, invocó repetidamente sus credenciales como virólogo. Pero varias de sus afirmaciones, entre ellas que el SRAS nunca se propagó entre humanos y que las infecciones por SARS-CoV-2 comenzaron en septiembre de 2019, son incorrectas o carecen de fundamento, según señalaron algunos científicos.

Redfield afirmó que le dijo a Fauci que su hipótesis era que el SARS-CoV-2 “muy probablemente” se había originado en un laboratorio y que “necesitamos investigar agresivamente ambas hipótesis”. También dijo que se lo excluyó de la reunión: “porque tenía un punto de vista diferente y me dijeron que tomaron la decisión de que esto sería confidencial hasta que llegaran a una narrativa única, lo que argumentaré que es antitético a la ciencia”.

Jordan y otros han argumentado que esta llamada del 1 de febrero fue decisiva para que Andersen, Garry y otros cambiaran de opinión sobre el origen del COVID-19.

Las ideas de Andersen y Garry sobre la pandemia sí parecen haber cambiado con el tiempo. En un correo electrónico enviado a Fauci el 31 de enero de 2020, Andersen expresó su preocupación diciendo: “algunas de las características parecen (potencialmente) diseñadas”, refiriéndose al genoma del SARS-CoV-2.

Andersen prosiguió: “Debo mencionar que, tras las conversaciones de hoy, Eddie, Bob, Mike y yo mismo consideramos que el genoma no concuerda con las expectativas de la teoría de la evolución. Pero tenemos que estudiarlo mucho más detenidamente y aún restan más análisis por hacer, así que esas opiniones aún podrían cambiar”.

Los correos electrónicos entonces indican que Andersen, Fauci, Garry, el entonces director del NIH, el Dr. Francis Collins, Edward (Eddie) Holmes y Michael (Mike) Ferguson, junto con otros investigadores, fueron invitados a la llamada del 1 de febrero.

Tras un análisis más detallado, Garry, Andersen, Holmes y otros científicos redactaron un artículo que se publicó en Nature Medicine el 17 de marzo de 2020.

“Nuestros análisis demuestran claramente que el SARS-CoV-2 no es una construcción de laboratorio ni un virus manipulado intencionalmente”, concluyeron. En particular, el artículo no descartaba por completo la idea de que el virus pudiera ser el resultado de una selección durante su paso por células o animales en un laboratorio, aunque los autores explicaron que no consideraban que esta hipótesis fuera plausible.

Según un memorándum del personal republicano del Subcomité Selecto sobre la Pandemia del Coronavirus dirigido a los miembros del panel, Andersen escribió originalmente a la revista Nature que Fauci, Collins y el científico Jeremy Farrar “incitaron” a los autores del artículo a “[examinar] gran parte de los datos (principalmente) genéticos para proporcionar hipótesis agnósticas y científicamente informadas en torno a los orígenes del virus”.

El personal republicano también afirmó en el memorándum que el artículo de Nature Medicine fue escrito el 4 de febrero de 2020, citando un correo electrónico que Holmes escribió ese día. Pero el correo electrónico mostró que Holmes simplemente compartió “nuestro resumen hasta el momento” en esa fecha y prometió “terminar tan pronto como podamos”.

El representante Jim Jordan de Ohio. Foto por pool via Getty Images.

Jordan dijo durante la audiencia: “Tres días después de que dijeran que procedía de un laboratorio, cambiaron su posición y el único acontecimiento que intervino fue una conferencia telefónica con el Dr. Fauci y el Dr. Collins, de nuevo, una llamada en la que el Sr. Redfield, jefe de los CDC y del grupo de trabajo sobre coronavirus, no estuvo autorizado a estar. Y tres meses después, abracadabra, reciben 9 millones de dólares del Dr. Fauci. ¿No es increíble?”

En su reciente entrevista con Fox News, Fauci respondió a la acusación de Jordan, señalando que en aquel momento no tenía opiniones firmes sobre cómo se originó el coronavirus.

“En primer lugar, no me inclinaba totalmente hacia un lado u otro. Siempre he mantenido la mente abierta. A medida que los datos surgían y los virólogos evolucionistas empezaban a estudiarlos, parecía mucho más probable que se tratara de una aparición natural a partir de un reservorio animal”, dijo. “Siempre he mantenido la mente completamente abierta a que pudiera ser una o la otra”.

Andersen nos dijo en un correo electrónico del 13 de marzo: “Como yo (y otros) hemos afirmado en repetidas ocasiones, no había una ‘narrativa preferida’ ni presión para considerar solo un origen natural. El Dr. Fauci (o el Dr. Collins) simplemente sugirieron que considerásemos escribir un artículo sobre lo que encontrásemos, pero por lo demás no tuvieron ningún papel en la redacción, corrección, aprobación o publicación de nuestro artículo. Los datos apuntan claramente a que la pandemia se originó en el mercado, eso ha estado claro desde febrero de 2020 y los datos adicionales solo han apoyado aún más esa conclusión. Aunque todavía falta una prueba formal, y probablemente siempre faltará, como es el caso de prácticamente todos los demás brotes, epidemias y pandemias”.

A medida que aprendió más sobre los coronavirus, Andersen decidió que la bioingeniería del virus era poco probable, según explicó en una entrevista del New York Times publicada en junio de 2021. En el momento que envió su correo electrónico del 31 de enero, dijo, no conocía otros virus con las mismas características que el SARS-CoV-2.

En un episodio de podcast transmitido el 11 de marzo, Andersen explicó: “Es realmente importante que distingamos, qué es lo que sabíamos en el momento de hacer esas preguntas, versus qué es lo que sabíamos unos días después, tras montones de conversaciones con nuestros colegas, versus las nuevas pruebas que llegan, los nuevos análisis que se hacen, todas estas cosas diferentes, además de lo que sabemos en la actualidad”. Muchas fuentes nuevas de información, tanto documentadas públicamente como no, contribuyeron a dar forma a sus opiniones sobre los orígenes del COVID-19, dijo.

En respuesta a la idea de que a Redfield se lo excluyó de la llamada debido a sus opiniones, Fauci señaló en Fox News que “la mitad de las personas que participaron en la llamada opinaban que podría tratarse de un escape de laboratorio. Por lo tanto, su razonamiento de por qué pensó que se lo excluyó es un razonamiento inválido”.

Fauci también dijo que él no tenía “nada que ver con quién participaría en esa llamada”, y añadió que la llamada fue organizada por virólogos evolucionistas, entre ellos Andersen y Holmes.

Holmes compartió un artículo de la BBC sobre la audiencia y tuiteó el 8 de marzo: “Todo lo que puedo decir es que no recuerdo que el nombre de Redfield surgiera cuando Jeremy Farrar y yo hablábamos sobre a quién tener en la teleconferencia que se convocó muy rápidamente. Es muy probable que yo no [supiera] quién era el jefe de los CDC estadounidenses (dado que vivo en Sydney)”.

Un paso clave en la revisión de las subvenciones ocurrió en 2019

El experiodista del New York Times Nicholas Wade, que escribió una influyente entrada en su blog en 2021 sobre la posibilidad de un escape de laboratorio, también testificó en la audiencia de la Cámara. En su testimonio escrito hizo referencia a la afirmación de que la subvención fue una especie de quid pro quo.

El testimonio escrito de Wade llevó a Jordan a preguntarle por qué creía que los científicos habían cambiado de postura.

Tras decir inicialmente: “No sé cuál fue el motivo”, Wade dijo: “Si se fija en la cronología, el 21 de mayo, apenas unas semanas después de que saliera el artículo de Nature Medicine, dos de los firmantes del correo electrónico original enviado al Dr. Fauci, es decir, el Dr. Andersen y el Dr. Garry, recibieron una subvención de 9 millones de dólares”.

“Así que hay 9 millones de razones por las que cambiaron de opinión”, interrumpió Jordan.

Pero, como ya dijimos, Fauci señaló en Fox News que los pasos clave para puntuar la subvención y aprobar su financiación tuvieron lugar antes de la reunión del 1 de febrero.

Andersen, Garry y sus colegas presentaron una solicitud para establecer la Red de Investigación de Enfermedades Infecciosas de África Occidental, una coalición de científicos de África y Estados Unidos que investigan agentes infecciosos y crean nuevas tecnologías de prueba para “mitigar los efectos de futuras amenazas pandémicas”. La fecha límite para presentar la solicitud fue el 28 de junio de 2019.

Para decidir si financiar las subvenciones, el NIAID recluta paneles de científicos para que revisen las solicitudes de sus pares y les otorguen puntuaciones, que se traducen en una puntuación de impacto global de entre 10 y 90, siendo 10 la mejor. La reunión para revisar las solicitudes de subvenciones tuvo lugar en noviembre de 2019.

Garry nos dijo que la solicitud de subvención recibió una puntuación de impacto de 27, lo que significa que los revisores consideraron que el proyecto tenía un impacto “alto”, según los criterios de puntuación del NIAID. “La puntuación de impacto global es el resultado clave de la revisión, la base principal para que el instituto del NIH decida otorgar o no otorgar la financiación”, dice el sitio web del NIAID.

El siguiente paso es la revisión ante un consejo asesor, un grupo de expertos y miembros legos que “examina las solicitudes con posibles obstáculos para recibir la financiación, como preocupaciones relacionadas con los sujetos humanos y los animales, o circunstancias especiales, como las solicitudes extranjeras y las solicitudes de renovación que piden más dinero del límite”, según el sitio web del NIAID. El NIAID denomina a esta revisión de segundo nivel un “paso pequeño” tras la más compleja revisión inicial por pares. El consejo asesor para la subvención se reunió en enero de 2020.

El consejo asesor recomendó la subvención antes de la llamada del 1 de febrero, nos dijo Garry, lo que también fue confirmado por Fauci en su entrevista en Fox News.

El sitio web del NIAID explica que, una vez que se ha recomendado una subvención, el NIAID “toma la decisión final” sobre si esta se concederá. Entre los posibles obstáculos para la financiación se incluye tener una puntuación por debajo de un determinado nivel o no cumplir los requisitos administrativos. Según el sitio web, los requisitos administrativos pueden incluir información adicional sobre el presupuesto, los sujetos humanos y los sujetos animales.

Estos trámites administrativos llevan tiempo, explicaron Andersen y Garry, y por eso la fecha de notificación de que se les concedió la subvención fue el 21 de mayo de 2020.

Andersen señaló en el podcast del 11 de marzo que en la llamada del 1 de febrero participaron científicos de todo el mundo con diversas fuentes de financiación. “La idea básica del encubrimiento no tiene sentido”, dijo.

Holmes, coautor del artículo de Nature Medicine, dijo en el podcast: “Lo que se vio ahí fue a científicos intentando entender estos datos”. Fauci “no nos dijo lo que debíamos pensar. No nos dijo que escribiéramos el artículo. No escribió el artículo. Lo escribimos nosotros. Solo queríamos entender la ciencia. Pensamos que era importante transmitir el mensaje de forma rápida y coherente”.

Holmes explicó en un tuit del 9 de marzo que él también solicitó una subvención del CREID al mismo tiempo y no recibió la financiación. Como hemos dicho, Holmes fue mencionado en el correo electrónico de Andersen del 31 de enero como que sospechaba de la manipulación genética del SARS-CoV-2 y fue invitado a la reunión del 1 de febrero, al igual que Andersen y Garry.

“Las puntuaciones financiables serán puntuaciones financiables”, dijo Holmes en Twitter, refiriéndose al hecho de que solo las puntuaciones de impacto suficientemente buenas obtienen financiación.


Autor: Kate Yandell

Traducido por Claudia Cohen.

Nota del editor: Los artículos de SciCheck que corrigen información errónea sobre temas de salud se publican gracias a una beca de la Robert Wood Johnson Foundation. La fundación no tiene control alguno sobre las decisiones editoriales de FactCheck.org, y los puntos de vista expresados en nuestros artículos no reflejan necesariamente el punto de vista de la fundación.