By Kate Yandell
P: ¿Es un día de aislamiento suficiente para detener la transmisión del COVID-19?
R: Las personas con COVID-19 posiblemente podrían transmitir el virus a otros varios días después de presentar los síntomas u obtener un resultado positivo de COVID-19. Las nuevas recomendaciones de los CDC aconsejan el aislamiento hasta la desaparición de la fiebre y la mejora de los síntomas durante al menos 24 horas, seguido de la toma de precauciones durante cinco días, lo que abarca el periodo en que “la mayoría de las personas continúan siendo infecciosas”.
RESPUESTA COMPLETA
El 1 de marzo, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) actualizaron sus recomendaciones sobre cómo prevenir la propagación de los virus respiratorios, consolidando una gama de enfermedades respiratorias comunes, como el COVID-19, la gripe y el virus respiratorio sincitial (VRS).
Desde diciembre del 2021, la agencia recomendaba que las personas se aislaran durante al menos cinco días después de presentar síntomas de COVID-19, o después de obtener un resultado positivo en una prueba de COVID-19 si no tenían síntomas. Después de esos cinco días, recomendaba abandonar el aislamiento en combinación con precauciones adicionales, como utilizar una mascarilla, según criterios basados en los síntomas.
Las nuevas recomendaciones abandonan el estándar mínimo de cinco días de aislamiento en favor de un enfoque basado en los síntomas. La agencia aconseja a las personas que permanezcan en casa y alejadas de los demás cuando estén enfermas por un virus respiratorio. Las personas pueden dejar de aislarse si, durante un periodo de 24 horas, los síntomas generales han ido mejorando y no se ha tenido fiebre sin el uso de medicamentos antifebriles.
Muchas personas se han preguntado qué significa esta recomendación para las personas con COVID-19. Algunos, como nuestro lector, se han referido a la idea de que la recomendación se traduce en un solo día de aislamiento. “¿Está de acuerdo con Biden en que un día de aislamiento para el COVID está bien y listo?” preguntó una persona en X, antes conocido como Twitter.
Pero eso no es lo que recomiendan ni Biden ni los CDC.
“No dice aíslese por 24 horas”, nos dijo la epidemióloga Ronit Dalmat, investigadora científica de la Universidad de Washington, en referencia a las recomendaciones de los CDC. “Dice si usted tiene fiebre, quédese en casa” hasta que deje de tenerla por 24 horas y también quédese en casa hasta que mejoren los otros síntomas.
Los CDC tampoco dicen que esté garantizado que las personas no contagien el COVID-19 u otras enfermedades respiratorias después de que sus síntomas hayan mejorado. “Tenga en cuenta que aún es posible contagiar el virus que le enfermó, aunque se encuentre mejor”, señalan las recomendaciones. “Es probable que en este momento sea menos contagioso, dependiendo de factores tales como el tiempo que haya estado enfermo o lo enfermo que haya estado”.
Las recomendaciones son seguir tomando precauciones durante los cinco días siguientes a la reanudación de las actividades normales. Entre ellas se incluyen mantener distancia de otras personas, hacerse pruebas, mejorar la calidad del aire, mantener buena higiene y utilizar una mascarilla bien ajustada, como una N95 o KN95.
“El número total de días en que se debe tener precauciones cuando se está enfermo, es decir, el período en que se debe permanecer en casa y alejado de los demás, más 5 días de medidas adicionales, cubre el período durante el cual la mayoría de las personas siguen siendo infecciosas”, escribieron los CDC en una sección de Preguntas comunes.
“Todo ese periodo podría alargarse bastante”, comentó Dalmat. “Para algunas personas podría tratarse de 10 días”.
En los materiales de referencia que acompañan a las nuevas recomendaciones, los CDC afirmaron que examinaron los datos de los países y estados que habían adoptado políticas similares de aislamiento para el COVID-19 y no habían visto “aumentos claros en la transmisión comunitaria o las tasas de hospitalización”.
“Las recomendaciones actualizadas sobre las medidas para prevenir el contagio cuando se está enfermo reflejan especialmente la realidad clave de que muchas personas con síntomas de virus respiratorios desconocen el virus específico con el que están infectadas”, dijeron los CDC. La agencia señaló que los datos de su encuesta indicaron que menos de la mitad de las personas con síntomas de resfriado o tos se harían una prueba de COVID-19 en casa.
Algunos en las redes sociales han malinterpretado las recomendaciones como una admisión de que siempre fue razonable comparar el COVID-19 con la gripe, como se hizo a principios de la pandemia a pesar de la marcada diferencia en la gravedad de las enfermedades.
Sin embargo, las nuevas recomendaciones de los CDC reconocen la gravedad constante del COVID-19, al tiempo que detallan las formas en que los tratamientos, las vacunas y la inmunidad de la población han mejorado los resultados para las personas que contraen la enfermedad.
“El COVID-19 sigue siendo una mayor causa de enfermedad grave y muerte que otros virus respiratorios, pero las diferencias entre estas tasas son mucho menores de lo que fueron al principio de la pandemia”, dijeron los CDC. La agencia explicó que los riesgos se han reducido debido a la disponibilidad de tratamientos contra el COVID-19 y la inmunidad de la población frente al virus, tanto por vacunación como por infección previa. La agencia también señaló que el COVID persistente sigue presentando un riesgo, aunque su prevalencia parece estar disminuyendo.
La ciencia de la transmisión del COVID-19
La transmisión del COVID-19 depende de múltiples factores. Entre ellos se incluyen la carga viral infecciosa de una persona, pero también la susceptibilidad de las personas con las que se encuentra la persona infectada y las precauciones adoptadas.
No existe una respuesta única a la pregunta de por cuánto tiempo una persona determinada liberará virus infecciosos y en qué cantidad. “Todo el mundo tiene una capacidad ligeramente distinta de controlar la cantidad de virus en su sistema, lo que en parte causa la excreción viral”, dijo Dalmat. La variación en cómo los organismos de las personas combaten un virus afecta “cuánto virus infeccioso se libera”.
Hay pruebas de que una cantidad relativamente pequeña de personas que liberan niveles particularmente altos de virus durante el curso de sus infecciones han sido responsables de una cantidad desproporcionada de casos de COVID-19, y muchas personas con COVID-19 no infectan a otras.
Sin embargo, según los CDC, los datos sobre la duración general típica de la excreción viral no han cambiado significativamente, incluso aunque hayan surgido nuevas variantes de SARS-CoV-2, el virus que causa COVID-19. “Aunque el virus SARS-CoV-2 ha seguido evolucionando, la duración de la excreción de virus infeccioso se ha mantenido relativamente constante y la mayoría de las personas dejan de ser infecciosas después de 8 a 10 días”, dijo la agencia.
Los CDC acompañaron esta declaración con un gráfico que muestra los datos recopilados por la Respiratory Virus Transmission Network (Red de Transmisión de Virus Respiratorios) de cinco centros estadounidenses entre noviembre del 2022 y mayo del 2023 (ver más abajo). Una línea del gráfico (azul claro) muestra la frecuencia con la que los investigadores pudieron aislar y cultivar virus de personas con COVID-19.
El intento de cultivar el virus que causa COVID-19 a partir de una muestra respiratoria (un proceso laborioso utilizado en investigación) indica si alguien es portador del virus infeccioso. El gráfico muestra que la proporción de personas con virus cultivable empezó a aumentar dos días antes del inicio de los síntomas, o antes de obtener un resultado positivo en una prueba en el caso de las personas asintomáticas, y alcanzó su punto máximo uno o dos días después del inicio de los síntomas. A partir de ese momento, la tasa empezó a descender y alrededor de un tercio de las personas tuvieron virus cultivable al quinto día. Al décimo día, el porcentaje había descendido alrededor del 10%.
Un estudio distinto, publicado en 2023 en el International Journal of Infectious Diseases, combinó datos de múltiples estudios realizados en personas que recibieron un diagnóstico de COVID-19 en 2021 y 2022. La duración media de la excreción de virus cultivable fue de algo más de cinco días desde el inicio de los síntomas o desde el primer resultado positivo en una prueba de PCR, lo que ocurriera primero.
Otra métrica para evaluar la infecciosidad en personas con COVID-19 es la carga viral, a menudo medida como la cantidad de materiales virales, como ARN o proteínas, que se encuentran en una muestra respiratoria. En un estudio del 2023, publicado en Clinical Infectious Diseases, se halló que la mediana de la carga viral de las personas con diagnóstico de COVID-19 alcanzó su punto máximo alrededor de tres o cuatro días después del inicio de los síntomas. El estudio evaluó a las personas que solicitaron pruebas para infecciones respiratorias entre abril del 2022 y abril del 2023.
Alguien que está liberando virus infecciosos puede o no transmitirlos a otras personas. Uno de los factores es que la persona promedio es hoy menos susceptible a la infección que al principio de la pandemia, dijo Dalmat.
“Incluso si la persona produce hoy exactamente la misma cantidad de virus que podría haber producido hace tres años, las personas que están en el otro extremo tienen, en promedio, menos probabilidades de infectarse”, dijo Dalmat, y explicó que hoy en día más del 98% de la población ha tenido algún tipo de exposición al COVID-19 propiamente dicho, a las vacunas contra el COVID-19 o a ambos.
Cuando las personas se infectan, los casos tienden a ser menos graves. “Entre aquellos que se infectan con el COVID-19 en la actualidad, es mucho más raro en promedio que se convierta en una enfermedad muy grave”, afirmó Dalmat, aunque también reconoció que muchas personas “siguen siendo muy vulnerables”. Las personas que tienen un riesgo elevado de padecer la enfermedad grave incluyen a los ancianos o las personas inmunodeprimidas.
Aunque las recomendaciones de los CDC armonizan las precauciones sugeridas para el COVID-19 y otros virus respiratorios comunes, existen diferencias en los detalles de cómo se propagan el COVID-19 y otros virus respiratorios.
Las nuevas recomendaciones pretenden ser una regla general, pero no se aplican a los centros de atención médica ni a los casos en los que se produce un brote de una enfermedad que requiere instrucciones especiales, señalaron los CDC. Los CDC también dijeron que la agencia está trabajando en recomendaciones específicas para las escuelas, que deberían estar disponibles antes del año escolar 2024/2025.
Mascarillas, pruebas y otras precauciones
Aislarse de otras personas cuando se está enfermo es una forma clave de reducir el riesgo de contagio del COVID-19. Pero las recomendaciones de los CDC enumeran otras formas de reducir las posibilidades de contagio de una enfermedad respiratoria.
Las mascarillas pueden ayudar a evitar que una persona transmita un virus respiratorio. También pueden proteger a otras personas de inhalar el virus, en particular las mascarillas bien ajustadas, como las N95 o KN95, según las recomendaciones. Las personas pueden tomar medidas para mejorar su higiene, la calidad del aire de su entorno y mantener distancia física de los demás, por ejemplo, evitando los espacios llenos de gente.
Los CDC siguen recomendando la realización de pruebas para ayudar a las personas enfermas de alto riesgo a determinar si deben buscar tratamiento para un virus específico. Por ejemplo, alguien con COVID-19 puede beneficiarse de recibir Paxlovid en los cinco días siguientes al inicio de los síntomas. Las recomendaciones también incluyen las pruebas de detección como una herramienta que puede ayudar a las personas a decidir cuándo tomar precauciones para evitar el contagio de enfermedades.
Las pruebas rápidas de antígenos que se hacen en el hogar pueden ser útiles para las personas que se están recuperando del COVID-19 y quieren saber si todavía tienen el virus infeccioso, dijo Dalmat. En su investigación, ella y sus colegas encontraron que entre las personas que obtuvieron un resultado positivo de COVID-19 en una prueba rápida de antígenos, los resultados negativos posteriores obtenidos con la prueba de antígenos estuvieron “muy, pero muy correlacionados con el hecho de tener o no el virus infeccioso”, afirmó. Esto significa que las personas con COVID-19 que empiezan a dar negativo en las pruebas rápidas de antígenos a medida que mejoran, probablemente ya no corren el riesgo de infectar a otros.
Sin embargo, los CDC advierten que las pruebas rápidas de antígenos realizadas al principio de la infección suelen pasar por alto el COVID-19. Las personas enfermas deben tomar precauciones independientemente de los resultados de las pruebas, dijo Dalmat. “No deben hacerse la prueba y decidir que un resultado negativo es definitivo”, dijo.
Los autores del estudio de Clinical Infectious Diseases en el que se midió la carga viral a lo largo de la infección, escribieron lo siguiente: “nuestros datos, junto con los de otros autores, sugieren que las personas sintomáticas que obtienen un resultado positivo en una prueba de PCR para el SARS-CoV-2 pueden no dar positivo de forma fiable en una prueba rápida de antígenos hasta el tercer, cuarto o incluso quinto día desde la aparición de los síntomas”.
Las recomendaciones de los CDC indican que las personas pueden poner fin al aislamiento cuando no tengan fiebre y sus síntomas hayan mejorado durante al menos 24 horas. Dalmat advirtió que la definición de mejoría de los síntomas es algo ambigua.
“La mejoría de los síntomas puede significar cosas distintas para cada persona”, dijo Dalmat y añadió que hay que asegurarse de que los síntomas estén realmente mejorando. “Si sus síntomas no mejoran de verdad (no que estén estabilizándose, sino que realmente estén mejorando), debe seguir quedándose en casa y seguir tomando las medidas que esté tomando en su hogar”.
Traducido por Claudia Cohen.
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