Por Saranac Hale Spencer

Compendio SciCheck

Las vacunas contra la gripe y las que protegen a los niños contra el sarampión, las paperas y la rubéola han sido efectivas en la prevención de enfermedades graves y la muerte. Pero un meme que está circulando sugiere falsamente que estas vacunas son ineficaces. En realidad, han salvado millones de vidas y han eliminado tanto el sarampión como la rubéola en EE. UU.


Historia Completa

Expertos en salud pública de todo el mundo han ensalzado el uso generalizado de las vacunas como uno de los avances médicos más importantes del último siglo.

“Las vacunas son uno de los mayores logros de la ciencia biomédica y la salud pública”, dijeron en 1999 los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).

“En la actualidad, la vacunación evita entre 3,5 y 5 millones de muertes al año por enfermedades como el tétano, la tos ferina, la gripe y el sarampión, señaló la Organización Mundial de la Salud en un reciente resumen de sus logros con motivo de la celebración de su 75.º aniversario. “Ahora que enfermedades como la poliomielitis y la difteria están pasando a la historia, la gente se vacuna cada vez más contra dolencias que ni siquiera conoce, lo que hace que sea más difícil comprender lo devastadoras que pueden llegar a ser”.

Pero aunque las vacunas son responsables de salvar millones de vidas y prevenir aún más enfermedades, la confianza pública en las vacunas ha empezado a erosionarse en los últimos años. Durante la pandemia del COVID-19, aunque el apoyo general a las vacunas se mantuvo alto, la percepción pública de la importancia de la vacunación infantil descendió en 52 de los 55 países estudiados por la UNICEF. Estados Unidos se encuentra entre los países en los que disminuyó.

Los activistas antivacunas aprovecharon la pandemia para difundir su mensaje, centrando sus ataques en las nuevas vacunas contra el COVID-19 y ganando muchos adeptos.

“Aunque el activismo antivacunas ya estaba aumentando en EE. UU. y a escala internacional, la aparición en 2020 del COVID-19 sirvió de acelerador, ayudando a convertir un movimiento minoritario en una fuerza más poderosa”, según señaló un estudio reciente publicado en la revista The Lancet.

Un meme que circula en las redes sociales (mostrado a la derecha) ilustra cómo las afirmaciones falsas sobre vacunas ya aceptadas desde hace tiempo se han entrelazado con la campaña de rechazo a las vacunas contra el COVID-19.

El meme hace referencia a la vacuna contra la gripe y la vacuna combinada para proteger contra el sarampión, las paperas y la rubéola, denominada triple vírica o MMR, por sus siglas en inglés, ambas disponibles desde hace décadas. En él se sugiere falsamente que estas inoculaciones no funcionan. Las cuentas de redes sociales que han compartido el meme también incluyen textos que dicen cosas como: “¿Hasta cuándo pretenderemos que las vacunas COVID funcionan?”. También ha circulado otro meme similar que se enfoca en la vacuna contra la gripe.

Esto no es más que la última versión de la repetida falsedad de que la propagación continua del COVID-19 demuestra que las vacunas no funcionan. Ya hemos explicado antes por qué esto es erróneo. Con la aparición de nuevas variantes del COVID-19, las vacunas han perdido efectividad para prevenir la infección sintomática, pero siguen siendo muy efectivas en la prevención de la enfermedad grave y la muerte.

Este nuevo meme utiliza la misma táctica engañosa para poner en duda otras dos vacunas sin relación entre sí. A continuación abordaremos la efectividad de cada vacuna.

Vacuna contra la gripe

Las vacunas contra la gripe se desarrollaron por primera vez con la ayuda del ejército estadounidense a principios de la década de 1940 y su uso fue aprobado en 1945.

Sin embargo, esas primeras vacunas sólo eran eficaces contra un par de cepas del virus de la influenza. Existen cuatro tipos de influenza (A, B, C y D) y los dos que tienen más probabilidades de afectar a los seres humanos, el A y el B, pueden dividirse en subtipos y linajes más específicos.

Para controlar cuáles de esas cepas son las más prevalentes en un momento dado, en 1952 la OMS puso en marcha el Sistema Mundial de Vigilancia y Respuesta a la Influenza. El GISRS, como se conoce por sus siglas en inglés, continúa hoy esa labor en 127 países, lo que facilita la detección de cepas específicas cada año.

“A menudo, hay más de un tipo de virus de influenza circulando cada temporada”, explica la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA, por sus siglas en inglés) en su página web. “Por lo tanto, las vacunas están formuladas para dirigirse a cuatro de los virus de influenza más probables de circular y causar enfermedades en los EE. UU. durante la próxima temporada de influenza: dos tipos de influenza A (H1N1 y H3N2) y dos tipos de influenza B. Estas se conocen como vacunas tetravalentes. La influenza B afecta más comúnmente a los niños y también causa más complicaciones y muerte en niños que en adultos”. 

Así que, las vacunas contra la gripe han mejorado desde que se introdujeron por primera vez y el número de personas que las reciben ha aumentado con el tiempo.

Según datos de los CDC, el número de dosis administradas en EE. UU. ha aumentado notablemente en las últimas cuatro décadas. En la temporada de gripe 1980-1981, la primera de la que se tienen datos, se vacunaron 12,4 millones de personas. En la temporada de la gripe 2020-2021, que se produjo en plena pandemia del COVID-19, se vacunó una cifra récord de 194,4 millones de personas. Esa cifra descendió ligeramente en las dos temporadas de gripe posteriores, a 175,6 millones en 2021-2022 y a 173,4 millones en 2022-2023.

Desde la temporada de gripe 2010-2011, los CDC estiman que las vacunas han evitado una media de casi 5.500 muertes cada temporada, como hemos explicado antes, excluyendo la temporada de gripe 2020-2021, ya que las medidas adoptadas para frenar la propagación del virus que causa el COVID-19 se tradujeron en muchos menos casos de gripe.

Así pues, está claro que la vacuna contra la gripe funciona.

Sin embargo, el meme sugiere que las vacunas contra la gripe no son eficaces porque no han erradicado la gripe después de casi 80 años y sigue siendo necesario vacunarse cada año.

Pero ese razonamiento es erróneo por un par de motivos.

En primer lugar, no todas las vacunas son iguales. Algunas sólo requieren una serie primaria para ser efectivas de por vida (como la vacuna contra la hepatitis B) y otras requieren nuevas dosis con regularidad (como la vacuna contra la gripe). Esto se debe a que los virus para los que están diseñadas se comportan de forma diferente.

Las vacunas de larga duración suelen dirigirse a virus que se replican de manera uniforme, explicó en una publicación para su hospital la Dra. Linda Yancey, experta en enfermedades infecciosas en el Memorial Hermann Health System de Houston.

“Se replican muy fielmente, de modo que si tienes hepatitis B, todos los virus de la hepatitis B en tu cuerpo parecen idénticos”, dijo. “Lo mismo ocurre con el sarampión. Son muy buenos replicándose a sí mismos sin error, y eso es un gran beneficio para nosotros, porque significa que una vez que tienes anticuerpos contra un virus de la hepatitis B o del sarampión, tienes inmunidad contra todos los virus de la hepatitis B o del sarampión con los que te encuentres”.

En cambio, el virus de la influenza cambia con frecuencia.

“La razón por la que tenemos que vacunarnos contra la gripe todos los años es que el virus de la influenza es capaz de barajar sus cromosomas de una manera que a la mayoría de los virus les resulta imposible”, afirma Yancey.

“En realidad, esto ocurre con mucha regularidad, y por eso cada año tenemos que elaborar una nueva vacuna contra la gripe en función de las cepas que circulen en ese momento”, explicó.

Los científicos están trabajando para desarrollar una vacuna universal contra la gripe, que sería efectiva contra un amplio espectro de cepas, según explicó en una publicación en abril el Dr. Anthony Komaroff, profesor en la Facultad de Medicina de Harvard. Funcionaría atacando un elemento común que comparten la mayoría de las cepas de la gripe y que está en las capas más profundas de la estructura celular, en lugar de dirigirse a las estructuras en la capa externa, como ocurre ahora.

Lo mismo que hace necesaria una formulación diferente de las vacunas cada año, la gran variedad de cepas y su capacidad para mutar rápidamente, es también la razón por la que no se ha erradicado la influenza.

“Aunque pudiéramos vacunar a todo el mundo, no podríamos erradicar la influenza”, según explica el Museo Americano de Historia Natural sobre la eliminación de enfermedades. “Hay muchas cepas diferentes del virus de la influenza y mutan con frecuencia, por lo que constantemente hay que crear nuevas vacunas para mantenerse al día. También hay otro problema: algunos animales pueden infectarse con distintas cepas de influenza y estas, a su vez, pueden contagiar a personas y otros mamíferos. La gripe aviar procede de las aves, y la porcina, de los cerdos. A menos que averigüemos cómo inocular a todas las aves y cerdos, nunca podremos detener la transmisión de la infección”.

Y como han explicado los CDC: “Al menos dos factores juegan un papel importante a la hora de determinar las probabilidades de protección que ofrece la vacunación contra la influenza: 1) las características de la persona que recibirá la vacuna (como la edad y el estado de salud) y 2) la similitud o “coincidencia” entre los virus de la influenza incluidos en la vacuna y los que circulan en la comunidad. Cuando las vacunas contra la influenza no coinciden exactamente con algunos de los virus que se propagan en la comunidad, la vacunación puede brindar una protección baja o nula contra la enfermedad provocada por esos virus”. 

Vacuna triple vírica o MMR

El sarampión fue erradicado en EE. UU. en 2000 gracias a la vacunación masiva durante las décadas anteriores.

La rubéola fue erradicada cuatro años más tarde.

Aunque las paperas aún no se han eliminado en EE. UU., el número de casos se ha reducido en un 99% desde que se distribuyó la primera vacuna contra las paperas en 1967.

Hace 52 años, en 1971, esas tres vacunas fueron combinadas para formar la vacuna infantil común denominada triple vírica o MMR (las siglas de las tres enfermedades en inglés: measlesmumps y rubella). 

Dado que el meme hace referencia a una vacuna que ha estado disponible durante 60 años, probablemente se refiere a la primera vacuna contra el sarampión, que fue autorizada en 1963. Así que nos centraremos en el impacto de la vacunación contra el sarampión.

Como hemos dicho, el sarampión ha sido erradicado en EE. UU., lo que significa que la enfermedad no se ha propagado durante un año o más en una zona específica. Sin embargo, los viajeros no vacunados pueden traerlo a EE. UU. y causar brotes aislados en las comunidades donde existan otras personas no vacunadas.

“A finales de 2021, comisiones regionales independientes habían verificado que 76 (39%) países habían alcanzado o mantenido el estado de erradicación del sarampión”, según los CDC.

La OMS ha calculado que la vacunación contra el sarampión ha evitado 56 millones de muertes en todo el mundo entre 2000 y 2021.

Aunque EE. UU. ha mantenido su estatus de erradicación del sarampión, en los últimos años se han producido algunos brotes. Como escribimos, en uno de estos casos, en 2019, los viajeros trajeron el virus al país y la enfermedad se propagó en comunidades con personas no vacunadas, según los CDC.

Los CDC emitieron una declaración en abril en la que identificaban la desinformación sobre la seguridad de las vacunas como un “factor significativo” que contribuyó al brote. Del mismo modo, la directora ejecutiva de la UNICEF y el director general de la OMS emitieron una declaración conjunta en la que calificaban el sarampión como un indicador de riesgo o une “canario en la mina de carbón de las enfermedades prevenibles con las vacunas” [la expresión se refiere a la costumbre de los mineros de llevar canarios a la mina para detectar la presencia de gases letales]. También citaron la desinformación en línea sobre la seguridad de las vacunas como un factor que contribuye al aumento del número de casos de sarampión en los países de ingresos altos y medios.

Del mismo modo, un brote ocurrido en Ohio a finales de 2022 se concentró en pacientes no vacunados.

“Este brote se caracterizó por una media de edad joven entre los pacientes, tasas bajas de vacunación triple vírica y altas tasas de coinfección respiratoria, con el doble de la tasa de hospitalizaciones registradas entre casos anteriores de sarampión en Estados Unidos”, según un informe de los CDC sobre el incidente. “Este brote sirve como recordatorio de que los centros de salud, los proveedores médicos y los centros de cuidado infantil que atienden a poblaciones poco vacunadas deben mantener la vigilancia del sarampión y hacer hincapié en la importancia de la vacunación contra la triple vírica a tiempo”. Mantener la erradicación del sarampión en Estados Unidos requerirá una alta cobertura continua de vacunación triple vírica de 2 dosis en todas las comunidades”.

Así que la sugerencia de que la vacuna triple vírica no ha sido eficaz es fácilmente rebatible. Ha llevado a la erradicación en EE. UU. de dos de las tres enfermedades seleccionadas y a un pronunciado descenso de la tercera


Traducido por Elena de la Cruz.

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