Autor: Jessica McDonald
Compendio SciCheck
En EE. UU. se está produciendo un aumento de casos de COVID-19, por lo que sería prudente que la gente usara mascarillas al estar en público y tomara algunas precauciones adicionales. Pero el gobierno no está planeando implementar mandatos de mascarillas o “confinamientos”, a pesar de las afirmaciones del teórico de la conspiración Alex Jones.
Historia completa
En las últimas semanas, los casos de COVID-19, estimados a partir de datos de aguas residuales, y las hospitalizaciones debidas al COVID-19 han aumentado en EE. UU. Esto se produce cuando la variante ómicron EG.5, designada recientemente como “variante de interés” por la Organización Mundial de la Salud, se convirtió en la nueva variante dominante en el país.
Esto ha llevado a algunos expertos en salud pública a sugerir que algunas personas, especialmente las que corren un mayor riesgo de padecer el COVID-19 grave, usen mascarillas cuando estén en público y sean un poco más precavidas respecto a contraer el coronavirus.
En algunos casos limitados, algunas universidades y empresas han anunciado que, de momento, exigirán el uso de mascarillas.
Pero, contrariamente a lo que afirman muchas publicaciones virales en las redes sociales, no hay indicios de que vaya a comenzar ningún tipo de restricción ordenada por el gobierno debido al COVID-19.
En un capítulo del 18 de agosto de “The Alex Jones Show”, el teórico de la conspiración Alex Jones afirmó que fuentes dentro del gobierno federal le dijeron que “se avecinan nuevos confinamientos o cierres”.
Específicamente, dijo que un “alto directivo” de la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA, por sus siglas en inglés) le dijo que a mediados de septiembre, los empleados de la TSA y de los aeropuertos tendrían que usar mascarillas debido a la preocupación por “la nueva variante en Canadá”. Para mediados de octubre, todo el mundo tendría que usar mascarillas en los aviones, dijo. Añadió que el público debería esperar la vuelta a los “protocolos completos por COVID” para diciembre.
Jones luego afirmó que llamó a una fuente dentro de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP, por sus siglas en inglés) después de escuchar esto, y la fuente supuestamente le dijo que los “protocolos por COVID” comenzarían a lanzarse a mediados de septiembre y que “se preparase para un nuevo lanzamiento completo de lo que sucedió antes”.
El capítulo en el sitio web InfoWars de Jones se tituló “Funcionarios federales denuncian el plan de Biden de nuevos confinamientos por COVID”.
Jones es más conocido por su falsa afirmación de que el tiroteo de la escuela Sandy Hook en 2012 fue falso. El otoño pasado, se le ordenó pagar casi 1.500 millones de dólares en daños difamatorios a las familias de las víctimas como resultado de sus falsedades. Jones es también un prolífico difusor de desinformación sobre el COVID-19, entre otros temas.
En Internet empezaron a circular fragmentos del programa de Jones, y algunos sitios web de dudosa reputación como Gateway Pundit, que suele traficar con la desinformación, y otros se hicieron eco de la “noticia”, contribuyendo a difundir las afirmaciones en las redes sociales. El grito de guerra asociado, “no las acaten”, fue brevemente la tendencia en X, la plataforma antes conocida como Twitter. Desde entonces, otros han repetido las afirmaciones.
Sea o no de Jones, el rumor de que las restricciones por el COVID-19 podrían volver ha sido apropiado desde entonces por algunos políticos. “Si los burócratas intentan reinstaurar cualquier medida tiránica debido al COVID, opóngales una fuerte resistencia”, tuiteó el representante republicano Thomas Massie, de Kentucky, el 25 de agosto. “No las acaten”.
El regreso a las restricciones debidas al COVID-19 es una afirmación sin fundamento
Un portavoz de la TSA negó las afirmaciones de Jones, señalando que los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), no la TSA, es la agencia federal responsable de los requisitos de mascarillas en el transporte.
“La TSA no tiene conocimiento de tal requisito”, nos dijo el portavoz en un correo electrónico. “No ha habido ninguna reunión de la TSA sobre el tema”.
Los CDC también dijeron que las afirmaciones eran falsas. “Estos rumores son totalmente falsos”, nos dijo Nick Spinelli, portavoz de los CDC, en un correo electrónico.
Además, todo lo que se dice sobre la reimposición de “confinamientos o cierres” por parte de la administración de Biden ni siquiera es legalmente viable. “Las restricciones impuestas a las empresas, a los cines, a los centros comerciales, etc. fueron impuestas por los gobiernos estatales y locales, no por el gobierno federal”, nos dijo en una entrevista telefónica Wendy E. Parmet, experta en leyes de salud pública de la Universidad Northeastern.
El gobierno federal sí asesoró a los estados sobre las restricciones, incluido cuándo levantarlas, y orientó a los habitantes de Estados Unidos sobre lo que debían y no debían hacer para mantenerse seguros. Pero, en última instancia, no fueron más que sugerencias.
“Es un pensamiento conspirativo y catastrofista”, dijo Parmet sobre las afirmaciones de Jones.
Parmet añadió que las restricciones impuestas en EE. UU., que incluyeron el cierre de empresas y la limitación del tamaño de las concentraciones de personas, no fueron verdaderos cierres, como los impuestos en China. “La terminología ‘confinamiento’ es ciertamente un término equivocado”, dijo.
Parmet señaló que, desde el punto de vista legal, la TSA probablemente podría imponer a sus empleados requisitos de uso de mascarillas, pero que estos no se extenderían a todos los trabajadores del aeropuerto ni a los pasajeros. Se trataría de una “cuestión de derecho laboral”, dijo, y podría haber oposición por parte del sindicato.
La capacidad de los CDC para imponer el mandato del uso de mascarillas faciales durante los viajes ha sido impugnada ante los tribunales. (Parmet es una de las muchas personas expertas en salud pública y derecho sanitario que firmaron un amicus curiae en apoyo de los CDC en este asunto).
La orden de los CDC anterior expiró a causa del fin de la emergencia de salud pública en mayo y ya había dejado de ser ejecutable en abril de 2022 debido a una orden judicial.
“Creo que los CDC serían extremadamente cautelosos, y sospecho que la administración de Biden será excepcionalmente cautelosa en este momento, tanto por litigios como por razones políticas, para ir por ese camino a menos que crean que es absolutamente esencial”, dijo Parmet.
Spinelli señaló que los CDC “siguen recomendando que todas las personas (pasajeros y trabajadores del transporte por igual) estén al día en sus vacunas contra el COVID-19 antes de viajar y tomen medidas para protegerse a sí mismas y a los demás”. Esto puede incluir el uso de mascarillas, si se lo desea, al utilizar el transporte público, pero no es obligatorio.
En la actualidad, la agencia aconseja a las personas de alto riesgo y a sus contactos el uso de una mascarilla cuando el nivel de ingreso hospitalario en el condado sea “mediano”. Cuando sea “alto”, se aconseja a todo el mundo el uso de una mascarilla o respirador de alta calidad, como una N95, y a las personas de mayor riesgo que eviten “actividades no esenciales en lugares cerrados y en público”. Pero, de nuevo, se trata solo de recomendaciones.
Al 12 de agosto ningún condado tenía un nivel de ingreso hospitalario “alto”, y menos del 3% figuraba como “mediano”.
Algunos expertos han criticado la vinculación de las recomendaciones de salud pública con los ingresos hospitalarios, ya que se trata de un indicador rezagado, y la advertencia de tomar más precauciones puede llegar demasiado tarde para muchas personas.
El CBP no respondió a la solicitud de información sobre las afirmaciones de Jones al momento de la publicación.
Actualización, 28 de agosto: El CBP nos dijo que la agencia sigue las directrices de los CDC y que “las afirmaciones de que el CBP tiene planes de reintroducir de forma independiente los protocolos por COVID-19 son falsas”.
Hay cierta preocupación por las nuevas variantes, pero sin expectativas de volver a 2020
Científicos y funcionarios de salud pública han estado observando dos variantes más recientes del coronavirus, o SARS-CoV-2: EG.5 y BA.2.86.
La variante EG.5, que según los CDC representó alrededor de una quinta parte de todos los casos de coronavirus en EE. UU. en las dos últimas semanas, es un derivado de XBB.1.9.2, otra variante ómicron. En este sentido, no parece ser tan diferente de sus predecesores inmediatos, aunque puede ser un poco más transmisible y más capaz de evadir la inmunidad, lo que podría explicar su actual aumento. No hay pruebas de que la variante cause una enfermedad más grave.
“En conjunto, las pruebas disponibles no sugieren que la variante EG.5 presente riesgos adicionales para la salud pública en relación con los otros linajes descendientes de SARS-CoV-2 que circulan actualmente”, concluyó la OMS en un informe de evaluación de riesgos del 9 de agosto.
Se espera que a finales de septiembre o principios de octubre esté disponible un refuerzo actualizado de la vacuna contra el COVID-19 dirigido a la variante XBB.1.5. Dado que EG.5 es bastante similar a XBB.1.5, los expertos prevén que la vacuna actualizada proporcionará buena protección contra esta variante.
La otra variante, BA.2.86, es descendiente de ómicron, pero tiene muchas más mutaciones que la hacen considerablemente diferente. Como Jesse Bloom, biólogo computacional del Centro Oncológico Fred Hutch, dijo en X, su elevado número de mutaciones “la convierte en un salto evolutivo comparable en tamaño al que dio lugar originalmente a ómicron”.
Solo se ha identificado un pequeño número de casos de BA.2.86 en EE. UU. o en otros lugares, pero los análisis de mutaciones indican que la variante puede ser especialmente capaz de evadir las defensas inmunitarias. Según los CDC, aún es demasiado pronto para saber si la variante causa una enfermedad más grave o es más transmisible. No obstante, la variante se ha identificado en muchos países, lo que sugiere que tiene cierta capacidad de propagación.
Incluso si BA.2.86 resulta ser la próxima gran variante, no sería lo mismo que en 2020, cuando todo el mundo era susceptible al coronavirus, sin ningún tipo de inmunidad previa y sin una vacuna disponible.
La próxima vacuna actualizada puede ser menos eficaz contra BA.2.86 que contra otras variantes, pero los CDC prevén que seguirá funcionando para reducir la enfermedad grave y la hospitalización, que es el objetivo principal. Esto hace que sea muy poco probable que EE. UU. tenga que imponer restricciones similares a las de principios de la pandemia, incluso si se produce una fuerte oleada de COVID-19, y los funcionarios de salud pública animan a la gente a tomar precauciones adicionales.
“No estamos volviendo a marzo de 2020; nuestros sistemas inmunitarios seguirán reconociendo la variante altamente mutada, aunque de forma subóptima”, escribió la epidemióloga Katelyn Jetelina en su Substack sobre los posibles riesgos de la variante BA.2.86. “Esto protegerá a muchos de nosotros de la enfermedad grave”.
Traducido por Claudia Cohen
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