Autor: Jessica McDonald
Compendio SciCheck
Aún se desconoce el origen del virus que causa el COVID-19, pero muchos científicos creen que lo más probable es que se deba a un contagio natural. Publicaciones en línea han citado fuentes no identificadas para afirmar que los primeros en enfermarse de COVID-19 fueron científicos en Wuhan, China. Pero la inteligencia de EE. UU. dice que los síntomas de los investigadores no eran específicos o consistentes con el COVID-19 y que la información no tiene relación con el origen de la pandemia.
Historia completa
Desde el comienzo de la pandemia, la gente se ha preguntado sobre el origen del SARS-CoV-2, el coronavirus que causa el COVID-19. ¿Provino de un animal salvaje o doméstico, infectado anteriormente por un murciélago, como en pandemias anteriores y como sugieren los primeros casos vinculados a un mercado de pescados y mariscos? ¿O salió de un laboratorio, particularmente del Instituto de Virología de Wuhan, o WIV, que está cruzando el río, frente al mercado y realiza investigaciones sobre coronavirus?
Los científicos que investigan los orígenes del COVID-19 argumentan en favor de un origen natural, dado que los primeros casos, incluyendo aquellos sin una conexión conocida con el mercado, están agrupados geográficamente alrededor de mercado; y por pruebas genéticas que muestran que animales susceptibles al virus se vendían ilegalmente en el mercado. Un análisis genómico también indica que existían dos linajes tempranos del virus que se propagaron separadamente; un escenario que es mucho más difícil de reconciliar con un escape de laboratorio. Sin embargo, sin la documentación de un animal intermedio, las pruebas no descartan la posibilidad de un origen de laboratorio.
El rumor de que uno o más empleados del WIV podrían haberse enfermado con una enfermedad similar al COVID-19 en el otoño de 2019 le ha dado respaldo a la teoría del escape de laboratorio por un largo tiempo. Pero como ya explicamos anteriormente, la veracidad y relevancia de esos supuestos informes no están claros, ya que, en esos momentos, Wuhan experimentaba un alza en casos de influenza. En octubre de 2021, la Inteligencia de EE. UU. indicó que tales afirmaciones no habían sido confirmadas y que, en cualquier caso, la información “no era un diagnóstico de los orígenes de la pandemia”.
Sin embargo, las redes sociales se volvieron a llenar de afirmaciones sobre los supuestos empleados enfermos, momentos antes de una anticipada publicación de material desclasificado adicional relacionado con el WIV.
El 10 de junio, el Times en Londres publicó un artículo que mencionaba a los empleados del laboratorio y promovía la afirmación infundadas de que el coronavirus era el resultado de investigaciones sobre armas biológicas. Laura Ingraham cubrió la nota para Fox News, promoviendo la historia como un “bombazo”, a pesar de que la Inteligencia de EE. UU. no le da ningún crédito a la idea. Un clip del programa de Ingraham, que en general tiene más de un millón de telespectadores, fue visto en Facebook más de 100.000 veces.
Luego, el 13 de junio, una publicación en Substack, que cita fuentes gubernamentales anónimas, afirmó conocer con un “100%” de certeza la identidad de tres “pacientes cero” que manipulaban virus en el laboratorio. (El Wall Street Journal luego publicó más tarde un artículo que decía haber “confirmado independientemente” los nombres, sin ofrecer ninguna prueba más allá de las fuentes no identificadas). Una publicación en Facebook unos días después declaró que la “1a persona que se enfermó trabajaba en el Laboratorio de Wuhan”.
En una entrevista en Fox News el 18 de junio, de la cual se compartieron clips en Facebook, el senador republicano Rand Paul repitió los supuestos hallazgos de la publicación en Substack, y los calificó como un “asunto importante”.
“En el artículo, revelan que las primeras personas en enfermarse de COVID fueron tres científicos, que trabajaban en el laboratorio de Wuhan con la científica experta en murciélagos, la Dra. Shi”, dijo. “De hecho, uno de ellos … la primera persona en enfermarse, fue uno de los que crearon estos nuevos virus, virus que no se encuentran en la naturaleza. Esto es la investigación de ganancia de función. Por lo que, esencialmente, esto da por terminado el asunto”.
Paul, quien ha criticado apasionadamente la investigación que podría interpretarse como ganancia de función, sugirió que la información podría ser confirmada al día siguiente, cuando se esperaba que el director de Inteligencia Nacional hiciera pública información desclasificada adicional, según lo exigido por el COVID-19 Origin Act of 2023.
Pero en su informe, que se publicó con atraso el 23 de junio, la Comunidad de Inteligencia de EE. UU. (IC, por sus siglas en inglés) no corrobora ninguno de estos detalles.
“Si bien varios investigadores del WIV se enfermaron levemente en el otoño de 2019”, dice el informe, “sufrían de un rango de síntomas consistentes con resfriados o alergias, acompañados con síntomas que no se asocian comúnmente con el COVID-19, y algunos de ellos tenían otra enfermedad no relacionada con el COVID-19 confirmada”.
El informe de 10 páginas, que no nombra a ninguna persona, dice que la evaluación de la IC “sigue siendo que esta información no respalda ni refuta ninguna de las hipótesis sobre los orígenes de la pandemia porque los síntomas de los investigadores podrían haber sido causados por un número de enfermedades y algunos de los síntomas no eran consistentes con el COVID-19”.
El mismo día de la publicación del informe, Science informó que dos de los trabajadores del WIV acusados negaron haber estado enfermos en el otoño de 2019, y uno de ellos calificó las acusaciones como “ridículas”. La jefa del laboratorio, Shi Zhengli, en quien se han enfocado muchas de las afirmaciones sobre el escenario del escape de laboratorio, le dijo a Science que ninguno de los tres investigadores acusados siquiera trabajaban con virus vivos, y que las pruebas de anticuerpos realizadas en marzo de 2020 mostraron que nadie en el laboratorio tenía pruebas de una infección previa.
Algunos científicos han notado que la forma en que los nombres de los tres investigadores mencionados están escritos no siguen la misma convención. Mientras dos de ellos están escritos con su apellido en segundo lugar, uno está escrito con el apellido primero, como es costumbre en China. La persona con el apellido escrito como primer nombre corresponde a un estudiante que publicó una tesis donde el nombre aparece escrito así; la tesis ya se había convertido en material para los defensores de la teoría del escape de laboratorio en línea. Esto sugiere, según dicen algunos científicos, que los nombres fueron simplemente extraídos de documentos por personas que no están familiarizadas con el chino.
La evolución del rumor de los trabajadores ‘enfermos’
Varias versiones del rumor de los empleados “enfermos” del laboratorio han circulado por al menos tres años.
Como la bióloga francesa Flo Débarre detalló en un hilo de Twitter, la primera mención de un trabajador enfermo se produjo en abril de 2020, cuando John Roberts de Fox News dijo durante una conferencia de prensa sobre el coronavirus que “varias fuentes le han dicho a Fox News” que la pandemia comenzó con una pasante del WIV, que infectó a su novio y luego visitó el mercado de mariscos. (Débarre es coautora de un informe no publicado que analiza secuencias del mercado de pescados, que prueba que animales susceptibles al SARS-CoV-2 estaban presentes en ese momento).
El primer reconocimiento oficial del rumor fue en enero de 2021, cuando en los últimos días del gobierno de Trump, el Departamento de Estado publicó una “hoja informativa” indicando que el gobierno “tenía razones para creer que varios investigadores en el WIV se enfermaron en el otoño de 2019, antes del primer caso identificado del brote, con síntomas consistentes tanto con el COVID-19 como con enfermedades comunes de la temporada”.
Algunos republicanos y funcionarios del gobierno de Trump ya habían estado promoviendo la idea de un escape de laboratorio desde la primavera de 2020, afirmando a veces que había pruebas claras para ello, pero sin brindar ninguna de ellas como apoyo.
Desde entonces, la mayoría de las versiones del rumor de los trabajadores ‘enfermos’, incluyendo un influyente reporte del Wall Street Journal en mayo de 2021, se refieren a los tres empleados del WIV, aunque otros detalles han ido cambiando con el tiempo. A veces se especifica que todos trabajaban en investigaciones de ganancia de función, o todos en el mismo laboratorio, pero en otras versiones no. En algunas se enferman en noviembre de 2019; en otras, en octubre. Las enfermedades han sido descritas de varias formas como enfermedades respiratorias o compatibles con el COVID-19, pero a veces incluyen detalles que podrían ser más parte de un diagnóstico de COVID-19, como que los pacientes perdieron el olfato o tener opacidades de vidrio esmerilado (áreas grises y difusas) en sus pulmones. Algunas versiones dicen que los empleados tuvieron que ir al hospital por sus síntomas o ser hospitalizados, y otras no. Y algunas agregan otros detalles sin ninguna prueba, tales como la muerte de un familiar de un empleado o que había bolsas de cadáveres del WIV y que sus empleados estaban desapareciendo.
No se sabe con claridad de donde provienen todas estas afirmaciones, pero un par de exfuncionarios de Trump aparecen constantemente dándole información a periodistas, incluyendo a David Asher, el exasesor del Departamento de Estado, y John Ratcliffe, el exdirector de Inteligencia Nacional.
Aunque Asher se ha hablado en momentos de fuentes internacionales, ni él ni otros han explicado qué han dicho exactamente esas fuentes, que pueden o no ser confiables. Tampoco han brindado ninguna prueba que apoye los rumores.
El último informe de la IC, sin embargo, refuta varios aspectos de las diversas historias sobre los empleados y deja otras sin confirmar. Además del importante factor de que los síntomas no son específicos del COVID-19, el informe dice que no “no hay indicios” de que ningún empleado enfermo del WIV hubiese sido hospitalizado “por síntomas consistentes con el COVID-19”; y que solo un investigador “puede haber sido hospitalizado” en ese momento, pero por una afección no respiratoria.
El informe tampoco hace mención de que los trabajadores hayan estado haciendo investigación de ganancia de función. “Si bien algunos de estos investigadores han conducido investigaciones sobre virus respiratorios en animales en el pasado, no fue posible confirmar si alguno de ellos manejó virus vivos en el trabajo que realizaron antes de enfermarse”, dice el informe.
Por lo que las afirmaciones que declaran que hay pruebas o incluso certeza casi absoluta de que los científicos del WIV comenzaron la pandemia del COVID-19, no solo son infundadas, sino que también falsas.
Desinformación continua
Pero las publicaciones que difunden desinformación en las redes no se han detenido, incluso después de que el informe de la IC no corroborara las afirmaciones sobre los empleados del laboratorio.
Dos videos en YouTube, uno con el título falso “Teoría del escape de laboratorio de Wuhan CONFIRMADA” y otro refiriéndose a “revelaciones explosivas” y “explosivos detalles sobre el paciente cero”, siguieron recibiendo miles de visitas diarias en Facebook días después de la publicación del informe.
Algunos defensores del escape de laboratorio también han distorsionado lo que dijo el informe de la IC. El exsecretario de Estado, Mike Pompeo, quien sirvió en el gobierno de Trump cuando el Departamento de Estado promovió las afirmaciones sobre los empleados ‘enfermos’del WIV, dijo en un tuit el 24 de junio que el informe de la IC “confirma lo que sabíamos desde el comienzo: la única explicación lógica es que el virus provino del laboratorio de Wuhan”.
El informe no confirmó nada por el estilo. Específicamente dice que “no aborda los méritos de las dos hipótesis más probables sobre los orígenes de la pandemia”, y que todas las agencias todavía consideran tanto el origen natural como el de laboratorio “plausibles”.
Los contenidos, sin embargo, lanzan un balde de agua fría sobre algunas de las formas en que los defensores de la teoría de la fuga del laboratorio han sugerido que ocurrió el escape. En particular, aunque el informe dice que los investigadores del WIV “probablemente no tomaron las precauciones de bioseguridad necesarias al menos algunas veces”, el informe también dice que la IC no está al tanto de un “incidente específico de bioseguridad en el WIV que haya desencadenado la pandemia y que el entrenamiento de bioseguridad del WIV parece rutinario, más que una respuesta de emergencia por parte del liderazgo chino”. Eso contradice afirmaciones hechas en un controversial artículo de ProPublica y Vanity Fair.
El informe establece que “no hay indicios de que la existencia de investigación anterior a la pandemia del WIV incluyera el SARS-CoV-2 o un progenitor cercano, ni de ninguna prueba directa de que haya ocurrido algún incidente específico relacionado con la investigación involucrando a los empleados del WIV antes de la pandemia que pudiera haber causado la pandemia del COVID”.
“La información disponible a la IC indica que la primera vez que el WIV tuvo el SARS-CoV-2 en sus manos fue a finales de diciembre de 2019”, cuando los investigadores aislaban muestras del virus de pacientes, agregó el informe.
Finalmente, es importante mencionar que la opinión de la agencia es en gran medida contraria a cualquier tipo de escenario de ganancia de función. “Casi todas las agencias de la IC concluyen que el SARS-CoV-2 no fue modificado genéticamente” dice el informe, y agrega que “la mayoría” de las agencias tampoco creen que el virus haya sido adaptado en un laboratorio. Todas las agencias coinciden en que la pandemia no es el resultado de un arma biológica.
Traducido por Catalina Jaramillo.
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