Compendio SciCheck
Las familias que acuden a un proveedor de salud para pedir información sobre la identidad de género de un niño pequeño pueden obtener respuesta a sus preguntas o recibir asesoramiento. En algunas publicaciones se afirma erróneamente que a los niños pequeños se les “hace la transición”. Para que quede claro, a los niños preadolescentes no se les ofrece cirugía ni medicamentos de transición.
Historia completa
Algunos niños se identifican con un género que no coincide con su sexo asignado al nacer. A estos niños se les llama transgénero, de género diverso o de género expansivo. Los médicos escuchan a los niños y a sus familiares, les ofrecen información y, en algunos casos, si es necesario, les ponen en contacto con servicios de salud mental.
Pero a los niños que aún no han entrado en la pubertad no se les recomiendan medicamentos, cirugías ni otros tratamientos de transición de género.
Publicaciones recientes en las redes sociales afirman de forma engañosa que instituciones médicas de Carolina del Norte están “transicionando a niños pequeños”, lo que califican de “tratamiento experimental”. Las publicaciones hacen referencia a la entrada de blog publicado por Education First Alliance, una organización conservadora sin fines de lucro de Carolina del Norte que afirma que muchas escuelas se dedican al “adoctrinamiento ideológico” de niños y necesitan ser reformadas.
El grupo ha defendido la aprobación de un proyecto de ley en Carolina del Norte que restringe los tratamientos médicos de transición de género antes de los 18 años. Ya son 18 los estados que han tomado medidas para limitar los tratamientos médicos de transición en menores de edad.
Un artículo muy difundido del Epoch Times que citaba la entrada del blog llevaba el falso titular: “Niños ‘transgénero’ de tan solo 2 años son mutilados y esterilizados por el sistema médico de Carolina del Norte, alega periodista”. El Epoch Times tiene un historial de publicar afirmaciones engañosas o falsas. El artículo sobre los niños transgénero desapareció de su sitio web, y el Epoch Times publicó un nuevo artículo aclarando que los niños pequeños no reciben bloqueadores hormonales, hormonas del género contrario, ni cirugías.
Representantes de las tres instituciones de Carolina del Norte a las que se hace referencia en las publicaciones de las redes sociales nos dijeron, a través de declaraciones enviadas por correo electrónico, que no ofrecen cirugías ni otros tratamientos de transición a niños pequeños.
Universidad de Carolina del Este, 5 de mayo: ECU Health no ofrece cirugía de afirmación de género a menores ni el sistema de salud ofrece atención de transición de afirmación de género a niños pequeños.
ECU Health explicó que no ofrece bloqueadores de pubertad y que solo ofrece terapia hormonal después de la pubertad “en casos limitados”, como recomiendan las directrices nacionales y con el consentimiento de los padres o tutores. También afirmó que ofrece atención primaria interdisciplinar de afirmación de género a pacientes LGBTQ+, incluyendo el acceso a servicios como cuidados de salud mental, nutrición y asistencia social.
“Estos servicios de atención primaria están disponibles a todo paciente LGBTQ+ que necesite asistencia. ECU Health no proporciona atención relacionada con el género a pacientes de 2 a 4 años o cualquier etapa temprana”, dijo ECU.
Universidad de Carolina del Norte, 12 de mayo: Para ser claros: UNC Health no ofrece ninguna terapia de transición de género a niños pequeños. No realizamos ningún procedimiento quirúrgico o intervención médica de género en niños pequeños. Además, no llevamos a cabo investigaciones ni ensayos clínicos de género con niños.
Si el progenitor o progenitores de un niño pequeño tienen dudas o preguntas sobre el género de su hijo, el médico de atención primaria sin duda alguna les escuchará, pero nunca recomendará un tratamiento de género a un niño pequeño. La cirugía de género puede realizarse en personas mayores de 18 años.
Duke Health, 12 de mayo: Duke Health lleva muchos años proporcionando cuidados de género de alta calidad, compasivos y con base científica tanto a adolescentes como a adultos. Las decisiones sobre los tratamientos son tomadas por los pacientes, sus familias y sus proveedores, y son acordes tanto con su edad como con las directrices nacionales e internacionales. Según estas directrices profesionales y de acuerdo con las normas médicas aceptadas, las terapias hormonales explícitamente no se proporcionan a niños antes de la pubertad, y las cirugías de reafirmación de género, excepto en circunstancias extremadamente raras, solo se realizan después de los 18 años.
Tanto Duke como UNC calificaron de falsas las afirmaciones de que ofrecen tratamientos de transición de género a niños pequeños, y ECU se refirió a la “difusión premeditada de desinformación peligrosa en línea”.
Otras instituciones médicas tampoco ofrecen tratamientos con medicamentos o cirugías de afirmación de género a niños pequeños, nos dijo la psicóloga clínica Christy Olezeski, directora del Programa de Género Pediátrico de Yale, aunque algunas pueden ofrecer apoyo a las familias con niños pequeños o conectarlas con servicios de salud mental.
La publicación de Education First Alliance también afirma que un médico “puede ver a una niña de 2 años jugando con un camión de juguete y, a continuación, iniciar un tratamiento de disforia de género”. Pero el simple hecho de jugar con un determinado juguete no cumple con los criterios de un diagnóstico de disforia de género, según el manual de diagnóstico médico utilizado por profesionales de la salud.
“Con los niños, queremos que se sientan cómodos y seguros de quiénes son. Queremos que se sientan cómodos y seguros de sí mismos en la forma en que quieran expresarse. Queremos que estén a salvo”, afirma Olezeski. “Todos estos principios se tienen en cuenta a la hora de atender a niños. No hay tratamientos médicos que se produzcan antes de la pubertad”.
La transición médica comienza durante la adolescencia o más tarde
La entrada del blog de Education First Alliance no explica claramente lo que quiere decir cuando afirma que las instituciones de Carolina del Norte están “transicionando a niños pequeños”. Hace referencia al tratamiento y a la terapia hormonal sin aclarar la edad a la que se ofrece.
Tan solo en la parte final del artículo se incluye una cita de un médico que afirma correctamente que a los niños no se les ofrece cirugía ni medicamentos antes de la pubertad.
Para ser claros, la realidad de la situación es que ninguna de estas instituciones de Carolina del Norte ofrecen cirugías ni terapias hormonales a niños prepúberes, y en ninguna parte del país es habitual esta práctica.
Tanto los programas como los médicos tienen diferentes políticas, pero las orientaciones ampliamente referenciadas de la Asociación Profesional Mundial para la Salud Transgénero (WPATH, por sus siglas en inglés) y la Sociedad de Endocrinología proponen tratamientos recomendados en función de la edad.
Los medicamentos que suprimen la pubertad son el primer tratamiento médico que puede ofrecerse a un menor transgénero, dicen las directrices. A los niños se les pueden ofrecer medicinas para suprimir la pubertad a partir del momento en que aparecen los botones mamarios o los testículos alcanzan cierto volumen, lo que suele ocurrir entre los 8 y los 13 años o entre los 9 y los 14 años, respectivamente.
Por lo general, se puede iniciar la terapia hormonal de afirmación de género al principio de la adolescencia o más adelante, explica la Academia Americana de Pediatría (AAP, por sus siglas en inglés). La Sociedad de Endocrinología afirma que los adolescentes suelen tener la capacidad mental para participar en la toma de una decisión informada sobre la terapia hormonal de afirmación de género a los 16 años.
Las adolescentes mayores que deseen tener un pecho plano a veces pueden someterse a una cirugía para extirparse los pechos, también conocida como cirugía superior, explica Olezeski. A veces desean hacerlo antes de ir a la universidad. Las directrices no ofrecen una edad específica durante la adolescencia en la que este tipo de cirugía pueda ser apropiada. En su lugar, explican cómo un equipo de atención puede evaluar a las adolescentes de forma individualizada.
Una versión anterior de las directrices de WPATH no recomendaba la cirugía genital hasta la edad adulta, pero la versión más reciente, publicada en septiembre de 2022, es menos específica sobre el límite de edad. En su lugar, explica varios criterios para determinar si se debe ofrecer la cirugía a alguien que la desea, incluido el nivel de madurez emocional y cognitiva de la persona, y si ha estado en terapia hormonal durante al menos un año.
La Sociedad de Endocrinología también ofrece criterios sobre cuándo una persona puede estar preparada para la cirugía genital, pero especifica que las cirugías que conllevan la extirpación de testículos, ovarios o útero no deben realizarse antes de los 18 años.
“Normalmente, cualquier tipo de cirugía de afirmación genital sigue efectuándose a los 18 años o más adelante”, dijo Olezeski.
No hay estadísticas exhaustivas sobre el número de cirugías de afirmación de género realizadas en Estados Unidos, pero según un análisis de reclamos de seguros de Reuters y Komodo Health Inc, 776 menores con un diagnóstico de disforia de género se sometieron a cirugías de extirpación de senos y 56 a cirugías genitales entre 2019 y 2021.
Estudios prueban los beneficios de afirmar la identidad de género
Los niños pequeños no reciben tratamiento médico de transición, pero tienen sentimientos acerca de su género y pueden beneficiarse del apoyo de quienes les rodean. “Los niños empiezan a tener un sentido de su identidad de género entre los 2 años y medio y los 3 años”, afirmó Olezeski.
Los programas varían en cuanto a los grupos de edad a los que atienden, dijo, pero algunos apoyan a las familias de niños en edad preescolar respondiendo a preguntas o proporcionando servicios de salud mental.
Los niños transgénero corren más riesgo de padecer algunos problemas de salud mental, como ansiedad y depresión. Según las directrices del WPATH, afirmar el género de un niño mediante cambios cotidianos, también conocidos como transición social, puede tener un impacto positivo en su salud mental. La transición social “puede ser diferente para cada persona”, dijo Olezeski. Los cambios pueden consistir en usar otro nombre o pronombre, o un cambio en la vestimenta o en la forma de llevar el pelo.
Dos estudios sobre niños que han hecho una transición social, incluido uno con niños de tan solo 3 años, han encontrado diferencias mínimas o nulas en cuanto a ansiedad y depresión en comparación con hermanos no transexuales u otros niños de edades similares.
“Las investigaciones confirman que los niños prepúberes que afirman una identidad [transgénero y de género diverso] conocen su género con la misma claridad y coherencia que sus compañeros con un desarrollo equivalente que se identifican como cisgénero, y se benefician del mismo nivel de aceptación social”, dicen las directrices de la AAP, añadiendo que las diferencias en la forma en que los niños identifican y expresan su género son normales.
Las transiciones sociales se producen en gran medida fuera de las instituciones médicas, impulsadas por el niño y apoyadas por sus familiares y otras personas de su entorno. Sin embargo, una familia que tenga dudas sobre el género de su hijo o sobre su transición social podría obtener información de su pediatra u otro profesional médico, explica Olezeski.
Aunque no están disponibles en todas partes, los programas especializados pueden estar especialmente preparados para ofrecer atención a un niño con diversidad de género y a su familia, dijo. Un niño puede ser remitido a uno de estos programas por un pediatra, otro médico especialista, un profesional de la salud mental o su escuela, o bien los padres pueden acudir a uno de estos programas.
“Hemos creado un espacio donde los padres pueden venir con sus hijos cuando son pequeños para hacer preguntas sobre la mejor manera de apoyar a sus hijos: qué hacer si tienen preguntas, cómo obtener apoyo, qué sabemos sobre las investigaciones más avanzadas en términos de cómo dar a los niños espacio para explorar su identidad, para explorar cómo les gusta expresarse, y luego si se identifican como trans o no binarios, cómo apoyar a los padres y a los jóvenes en eso”, dijo Olezeski sobre los programas especializados. Los padres se benefician del apoyo, y luego los niños también se benefician del apoyo de sus padres.
WPATH afirma que debe ser el niño quien inicie una transición social, expresando un “fuerte deseo o necesidad” de ello tras articular constantemente una identidad que no coincide con su sexo asignado al nacer. A continuación, un profesional de la salud puede ayudar a la familia a explorar las ventajas y los riesgos. Según las directrices, el simple hecho de que un niño juegue con ciertos juguetes, se vista de cierta manera o disfrute de ciertas actividades no es señal de que vaya a beneficiarse de una transición social.
En el pasado, las afirmaciones que los niños hacían sobre su sexo se consideraban “posiblemente verdaderas” y a menudo se postergaba el apoyo hasta una edad en la que se creía que la identidad quedaba fijada, explican las directrices de la AAP. Pero “investigaciones más sólidas y actuales sugieren que, en lugar de centrarse en lo que un niño llegará a ser, valorarlo por lo que es, incluso a una edad temprana, fomenta un vínculo seguro y resiliencia, no solo en el niño, sino también en toda la familia”, dicen las directrices.
Beneficios de los servicios de salud mental
Un niño con diversidad de género o sus familiares pueden beneficiarse de una consulta con un psicólogo u otro profesional de la salud mental. Sin embargo, ser transgénero o de género diverso no es en sí mismo un trastorno de salud mental, según la Asociación Americana de Psicología, WPATH y otros grupos de expertos. Estas organizaciones también señalan que no todas las personas transgénero o con diversidad de género experimentan problemas de salud mental o angustia por su género.
La terapia psicológica no tiene por objeto cambiar la identidad de género de un niño, según las directrices de WPATH.
La forma de terapia que reciba un niño o una familia dependerá de sus necesidades particulares, explica Olezeski. Por ejemplo, un niño pequeño podría recibir terapia basada en el juego, ya que el juego es la forma en que los niños “resuelven diferentes cuestiones de su vida”, explica. La familia podría trabajar en estrategias para apoyar mejor a su hijo.
Un diagnóstico de salud mental que pueden recibir algunas personas con diversidad de género es el de disforia de género. Hay un desacuerdo sobre la utilidad de este diagnóstico, y recibirlo no significa necesariamente que alguien decida someterse a una transición, ya sea social o médica.
UNC Health nos dijo en un correo electrónico que “rara vez se usa” un diagnóstico de disforia de género en niños.
Muy pocos niños con expansión de género tienen disforia, dijo el portavoz. “La expansión de género en la infancia no es Disforia de Género”, añadió UNC, atribuyendo la explicación al personal psiquiátrico (el énfasis es de UNC). “El objetivo del equipo psiquiátrico es proporcionar una buena atención de salud mental y gestionar su seguridad, lo que significa tratar de protegerlos contra el abuso y el acoso y apoyar a las familias”.
En las redes sociales se afirma erróneamente que a los niños pequeños se les diagnostica disforia de género en función de los juguetes con los que juegan. Una publicación dice: “¡¡Tres escuelas de medicina de Carolina del Norte están diagnosticando DISFORIA DE GÉNERO en NIÑOS PEQUEÑOS que juegan con juguetes estereotipados del género opuesto y están empezando a hacerles la transición!!”.
Existen criterios distintos para diagnosticar la disforia de género en adultos y adolescentes que en niños, según el Manual Estadístico de Diagnósticos de Trastornos Mentales . Para que los niños reciban este diagnóstico, deben cumplir seis de los ocho criterios durante un periodo de seis meses y experimentar “angustia clínicamente significativa” o un deterioro de su rendimiento, según el manual de diagnóstico.
Una “preferencia especial por los juguetes, juegos o actividades estereotípicamente utilizados o practicados por el otro género” es uno de los criterios, pero los niños también deben cumplir otros requisitos, y es necesario que expresen un fuerte deseo de ser de otro género o que insistan en que son de otro género.
“Que a la gente le guste jugar con cosas distintas o que le guste llevar un vestuario diverso no significa que alguien tenga disforia de género”, dijo Olezeski. “Eso solo significa que los niños tienen una gran variedad de cosas con las que pueden jugar y formas en las que pueden actuar y cosas que pueden ponerse”.
Autor: Kate Yandell
Traducido por Elena de la Cruz.
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